La vida de los animales va ligada a la
del género humano. A lo largo de la historia han causado numerosas anécdotas
que han quedado en los anales. Estas son algunas de ellas:
Un
espectáculo visual
Las libélulas emigran en enjambres.
Debido a su curiosa fisionomía, generan bellos espectáculos de luz. Uno de
estos espectáculos se observó en 1900,
cuando la ciudad belga de Amberes se colapsó ante el paso de uno de
estos espectaculares enjambres.
Fieles
hasta el fin
La fidelidad del perro a su dueño está
fuera de toda duda. Hay ejemplos históricos de varios perros que, tras la
muerte de su dueño, se quedaron años y años esperándoles. Uno de estos casos,
llevado al cine, es el del japonés Hachiko. Su amo trabajaba en la universidad
de Tokio, para llegar a su trabajo todos los días cogía el tren. Un día
mientras daba clase sufrió un ataque y murió. El can asistió todos los días
durante nueve años a la estación, a esperar a su dueño, hasta que murió de
vejez.
Un
sexto sentido
Los animales tienen un doble sentido a
la hora de detectar las catástrofes naturales. Se habla de animales arrojándose
al agua en las playas de Martinica en 1902, una hora antes de la erupción de un
volcán de la isla que se llevó la vida de 30.000 personas. De la misma manera,
muchas especies autóctonas del Índico detectaron varios días antes la
catástrofe del Tsunami y lograron salvarse.
El
perro imitador
Todo el mundo sabe la facultad de varias
aves de imitar los sonidos del habla humano. Sin embargo, un caso poco conocido
es la historia de un perro de Zeitz, en Alemania. K.E. Schneider, psicozoólogo
austriaco, habla en sus obras de la historia de ese animal. Su dueño,
divertido, le habría enseñado a decir algunas palabras como su nombre, silencio
o sí, no.
Masacre
animal
La ambición del ser humano no conoce límites. La caza dejó de ser por
mera supervivencia para ser una manera de dar rienda suelta a su crueldad. Una
de las víctimas de esta ansia de sangre del hombre fue el pájaro dodo. Esta ave
era un animal pequeño, gordo, que carecía de la facultad de volar y que eran
los dueños de Islas Mauricio. Tras la llegada de los exploradores europeos a la
isla en el siglo XVI su población se fue reduciendo paulatinamente hasta que en
el siglo XVII quedó extinto. El mismo caso es el de los bisontes de las
praderas americanas. Ni su piel ni su carne eran valiosas, pero todos los años
se organizaban batidas, parodiadas en
Los Simpson, para acabar con el mayor número de ellos posible. Se cifra
en unas 1.200 muertes por año de estos animales.
230
dálmatas
La película 101 dálmatas fue rodada con actores de carne y hueso hace
unos años. Parece difícil reunir 101 cachorros de dálmata para el filme. En
realidad la productora empleó un total de 230.
Las
aves exploradoras
La presencia de aves ha ayudado a los exploradores a localizar tierra
en medio de sus navegaciones transoceánicas. Para Cristóbal Colón fueron unos
grandes aliados. La tripulación, cansada de navegar sin encontrar tierra
alguna, estaba al borde del botín. Sin embargo la presencia de una bandada de
aves volando indicó al navegante la presencia de tierras próximas, lo que animó
a sus marineros a proseguir la travesía. También se cita una discusión entre
Colón y Pinzón sobre la dirección a tomar. El segundo quería proseguir hacia el
oeste, mientras el descubridor de América quería viajar a las Antillas. Una
bandada de loros cerró la discusión debido a la popular creencia de que “donde
hay papagayos, hay oro”.
El
primer animal actor
Los animales han protagonizado varias películas que han pasado a la
historia. Todos pensamos en encantadores cachorros, como los que se han
mostrado en muchas películas de Disney. Pues bien, los primeros actores
animales fueron varios escarabajos que protagonizaron un corto en 1912 titulado
“Cameraman´s revenge”
Voracidad
animal
Las termitas dejaron en 1879 las vergüenzas del mediocre estado del
ejército y la marina española. La ausencia de fondos impedían el mantenimiento,
ya ni hablar de la modernización, de los buques amarrados en los puertos. El
mal estado de los barcos era tal, que en 1879 las termitas devoraron uno de
ellos amarrado en Ferrol.
Animales
guerreros
Los animales han inspirado estrategias a los generales más creativos
de la historia. Todos conocemos la historia del Caballo de Troya, pero poco se
sabe de la malévola idea que tuvo Hernán Cortes durante la conquista de México.
Con los soldados españoles viajaba una precaria red de suministros, ganado,
agua…entre los animales había unos cerdos enfermos. El conquistador se dio
cuenta de ello y se lo mandó a los indígenas para que les contaminasen. Otra
idea revolucionaria la estudió el ejército norteamericano al final de la II
Guerra Mundial. Se trataba de la posibilidad de adosar a murciélagos bombas de
Napalm y arrojarlos sobre ciudades japonesas. Afortunadamente, nunca se llevó a
cabo.
Los
buitres no olvidan
Los buitres son unos perfectos carroñeros, devoradores de restos de
animales o seres humanos. Todos los inviernos, mil de estos animales
sobrevuelan el parque de Gettysburg. Allí tuvo lugar una batalla, decisiva para
el devenir de la contienda, de la Guerra Civil Estadounidense en 1863. Más de
50.000 hombres murieron o quedaron heridos sobre los campos de la ciudad.
Parece ser que en los años inmediatos aun se sentían atraídos por aquel lugar y
la costumbre de viajar año tras año a ese lugar se legó a las sucesivas
generaciones.
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